Mediterráneo

En vista de que el otoño ya está acompañándonos, que mejor que dar un paseo por la isla de Creta. Aquí, fue donde inicié la costumbre de fotografiar puertas que llamaban mi atención. Se trata de una ermita escondida cerca de una laguna en la pequeña ciudad de Ágios Nikolaos ( en griego se escribe Άγιος Νικόλαος). Está situada en el este de la isla y resulta una gran estímulo para los sentidos, para todos ellos.

Ciertamente, resulta difícil que la vista no se detenga en esta maravilla de la espiritualidad que, además, une otra de

«mis aficiones», la de buscar leones alados, allí donde la República de Venecia estableció su alargada sombra.  A estos leones, se les conoce como leones de San Marcos, león alado o león marciano y son el símbolo del evangelista Marcos y de Venecia, tanto de la ciudad como de la antigua República. Esta representación de San Marcos es una de las más conocidas de la iconografía cristiana, teniendo su origen en el Apocalípsis de San Juan, donde el león es una de las cuatro criaturas que se encuentran junto al trono de Dios, dedicándole alabanzas. Normalmente, el león va acompañado de un libro y una espada, pero, lo curioso de este caso, es que se utiliza otra variante del símbolo, que es más usual en escudos o sellos. Se trata de la representación del león tendido y agazapado, empleado en este modo, para hacer más visible el símbolo debido a que precisa un menor tamaño.

Creta representa una frontera simbólica entre Oriente y Occidente, de ahí que estos leones alados tengan claras referencias bizantinas, y su localización geográfica le confiere una rica historia, cuajada de episodios de disputas por su control. Por ello, los piratas que recorrían el «Mare Nostrum» hicieron de ella su base para sus hazañas, lo que sirvió de excusa para ser intervenida y ocupada por otros pueblos que querían hacerse con este punto estratégico de las rutas comerciales y culturales. Venecia compra la isla en el año 1204, a cambio de 100 marcos de plata y territorios en Macedonia, haciéndose con su control y dividiéndola en 6 territorios, ocupando esta zona de Ágios Nikolaos el llamado Sexterio de Agioi Apostoloi. Venecia terminó por ocupar toda la isla, y confiscó tierras para repartirlas a sus colonos, favoreciendo la instalación de éstos a cambio de obligaciones militares; y cada colono recibió con sus tierras veinticinco siervos. Los primeros nobles cretenses eran los descendientes de las familias burguesas llegadas de Venecia y posteriormente, se concedieron tantos títulos nobiliarios, a cambio de favores a la metrópoli, que dejaron de tener prestigio.

Este lugar resulta realmente ilustrador para no olvidar de dónde venimos, hacia dónde nos dirigimos cómo sociedad y, qué importancia tienen unas posiciones estratégicas que, en algún momento, dejan de serlo porque el foco se traslada hacia otros lugares. No olvidemos la relatividad y la incertidumbre. Vamos a abrir este candado, del que no he podido averiguar lo que indican esas grafías … Si alguien me ayuda …

Leyendas

Vamos a viajar a Irlanda para abrir la siguiente puerta. No será la única que crucemos a lo largo de este viaje, pero sí es especial, porque pertenece a la primera parada del viaje que realizamos a tierras irlandesas. Se trata de la entrada de una vivienda en la localidad de Roscommon (Ros Comáin en gaélico), capital del condado del mismo nombre, situado prácticamente en el centro de la isla.

      Irlanda es un país de leyendas, de magia, de duendes … Sus puertas nos tienden la mano hacia ese mundo invisible para los ojos, pero visible para el corazón. Leyendo algunas de las historias de tradición celta, me resultó curiosa y acertada la siguiente leyenda que quiero compartir con todos. Se trata de la llamada «Leyenda de Gwragged Annwn». El nombre de Gwragged Annwn hace referencia a las hadas que habitan en los hermosos palacios palacios bajo los lagos; son rubias, altas y distinguidas y, según relatan, las noches de luna llena suelen salir para danzar toda la noche. Ahora que estamos ya situados en el contexto, vamos con la leyenda…

  » En otros tiempos, todas las mañanas del día de Año Nuevo, podía verse un puerta abierta en un roca próxima a un lago y los que se atrevían a entrar llegaban a un pasadizo secreto que les conducía a una isla pequeña situada en medio del lago. Allí se encontraban en un primoroso jardín habitado por las Gwragged Annwn, que festejaban a sus huéspedes colmándolos de todo género de frutas y flores y deleitándoles con una preciosa música. Las hadas revelaban a sus visitantes asombrosos secretos y les invitaban a permanecer allí todo el tiempo que deseasen. Ahora bien, les advertían que la isla era un secreto y de que nada podía sacarse de ella. Sucedió un día que un visitante del mágico jardín, se guardó una flor en el bolsillo que le habían ofrecido, pensando que le daría suerte. Pero, en el momento en que tocó de nuevo la tierra profanada, desapareció la flor y él cayó al suelo inconsciente. A los demás huéspedes de la tierra encantada, los despidieron con su habitual cortesía, pero desde aquel día la puerta que llevaba al hermoso jardín, se cerró para siempre»

Si llamamos, seguro que alguno de los moradores nos abrirá, haciendo gala de la hospitalidad de las gentes irlandesas. O quizá, alguien haya incumplido una promesa … ¿Lo intentamos? 

Hades

     Hades o el inframundo, para los griegos, va a ser la neblina que sirva de hilo conductor a esta entrada. Revisando las fotos que había ido haciendo sobre puertas, de repente, descubrí que, a pesar de mi interés por estos lugares, sólo tenía una fotografía referida a los cementerios. Se trata, precisamente, del camposanto cercano a la iglesia de Santa María la Real, de la que os hablé en el anterior «post». Contemplando las instantáneas que había tomado, la mente me llevó a relacionarlas con un libro que había leído recientemente. Se trata de «El Maestro del Prado» de Javier Sierra, el cual aprovecho para recomendar. En él, el autor nos habla de la idea de los cuadros entendidos como una puerta, es decir, como un umbral que nos traslada hacia algo trascendente. Esta sensación es, precisamente, la que me acompaña cuando accedo a un cementerio, dando la sensación de pasar hacia una realidad que se nos escapa desde lo terrenal. Al igual que estos pórticos, algunas pinturas podrían actuar como paso entre ambos mundos. El libro presenta varios ejemplos de estos umbrales que comento pero, el que más me atrajo, quizá por la importancia histórica del personaje, es el del emperador Carlos V, quién dedicó los últimos años de su vida a preparar su alma para morir. Decidió abdicar en su hijo Felipe II y trasladarse al monaterio de Yuste (Cáceres). De hecho, esta preparación fue tan intensa que llegó a obsesionarse por el hecho de que sus actos de guerra hubieran resultando perjudiciales para un buen tránsito al más allá e, incluso, organizó en persona sus exequias, dando orden de representarlas como si hubiese muerto para ver cómo resultaba su puesta en escena. Es durante esta preparación de su alma, cuando encarga llevar a su lugar de retiro el cuadro  «La Gloria», que había encargado a Tiziano donde se representa el paraíso celestial abierto para recibir el alma de Carlos V fallecido. Según se sugiere en los escritos del padre Sigüenza, consejero de Felipe II y bibliotecario del Escorial, el emperador entraba en trance contemplando la obra de Tiziano, buscando una inspiración para el largo viaje que iba a emprender. De este modo, este cuadro fue para Carlos V su particular puerta al más allá.

     Resulta interesante constatar esta realidad de puerta al más allá de algunos objetos con el hecho, presentado en el libro de José Gaona «Al otro lado del túnel», de que las personas con experiencias cercanas a la muerte no identifican estas situaciones con entradas o umbrales, sino con el famoso túnel. Bien es cierto, que en nuestra cultura occidental, los túneles simbolizan también el paso de un lugar a otro. Parece que esta idea lo que quiere representar es la sensación de movimiento a través de la oscuridad y la mejor manera de traducir en palabras estas experiencias parece ser la analogía de viajar a través de un túnel.

     Aquí os dejo el detalle del pasador de la puerta, si os decidis a abrirla … Ya sabéis, no corrais hacia la luz.

El Sur del Norte …

      Las primeras puertas que voy a compartir pertenecen a la zona sur de Cantabria, en concreto, se trata del pueblo de las Henestrosas de Quintanilla, en Valdeolea. Son las entradas de la iglesia de Santa María la Real, perteneciente al románico tardío y con añadidos posteriores hasta el siglo XVI. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1982. El Románico fue el primer gran estilo arquitectónico claramenente cristiano y europeo, aunando en él las tendencias que habían recorrido Europa hasta el siglo X-XI. Su aparente uniformidad, en el caso de España, se debe a su capacidad para extenderse a través del Camino de Santiago, núcleo fundamental de encuentros culturales y económicos. A Cantabria llega de forma más tardía que a otros lugares de la Península Ibérica, precisamente, por no encontrarse en la vía principal del llamado «camino francés».

     Sin embargo, lo que realmente resulta interesante es el concepto de puerta dentro del universo del Románico. El vano adquiere significado más allá de la realidad física de entrada, puesto que contiene un valor simbólico de penetración en un mundo diferente. La puerta es el eje que separa el acceso desde lo mundano, a lo divino; desde lo incorrecto a lo correcto. Esta noción moral se plasma en la piedra en el arco de medio punto y en las esculturas que suelen recubrirlo con un innegable valor didáctico para los fieles del medievo.

      Es interesante resaltar inscripciones que evidencian este paso hacia el lugar donde reside la divinidad y que podemos ver en lugares como San Juan de la Peña (Huesca) donde se puede leer : » … esta puerta abre la del cielo a todo fiel que se esfuerce en unir la fe con el cumplimiento de los mandatos de Dios …» . También podemos leer no muy lejos de este lugar, en concreto, en la iglesia de la Santa Cruz de Serós (Huesca): » … yo soy la puerta de fácil acceso: fieles pasad a través de mí. Yo soy la fuente de la vida: tened más sed de mí que de vino, quienquiera que penetre en este bienaventurado templo …».  En caso de Santa María la Real, no existen estas inscripciones pero su mensaje puede ser extensible a cualquier obra románica, pues su simbologia era conocida por todos los fieles cristianos que iban a adentrarse en sus muros.

      No conviene olvidar una iniciativa de esta zona llamada » País Románico» que quiere representar una marca turística de varias comarcas de ambas vertientes de la Cordillera Cantábrica, aunando las provincias de Cantabria, Palencia y Burgos. Sus instituciones locales tienen la esperanza en el reconocimiento de su rico y variado patrimonio, tanto cultural como natural, y convertirlo en una herramienta de conservación, desarrollo y supervivencia. Es un intereante proyecto que apuesta por la cooperación local y el desarrollo sostenible.

      Para concluir, aquí está la cerradura en la debemos introducir  la llave que os presenté en el primer post. Vamos a intentar girarla y adentrarnos en el misticismo y la espiritualidad que rodeó este magnifico lugar …

Declaración de intenciones …

      Este blog ha nacido con el propósito de sacar a la luz, o como hubiera dicho Platón: sacar de «la caverna», mi modesta afición por fotografiar puertas. Considerando que mis aptitudes como fotógrafa pueden ser mejorables, me interesa ahondar en la percepción que, para cada persona, puede tener un objeto tan cotidiano como una simple puerta. Un objeto tan común como éste puede hacernos salir de nuestra apatía del día a día simplemente con fijarnos en su color o quién es su habitante.

      La definición de puerta dice algo así como que se trata de un objeto de madera o metal que se abre y cierra permitiendo la apertura del muro diseñada y construida para permitir el paso cuando así se desee, mediante el movimiento de esta a través de una bisagra que puede permitir el paso de un lugar a otro. Sin embargo, me gustaría remontarme a su origen ( no puedo olvidar mi formación de historiadora) que resulta más interesante y nos acerca a la magia que me transmiten. Durante la época del Imperio romano, cuando se iba a establecer una ciudad o asentamiento, se procedía a trazar su perímetro mediante un surco provocado con un arado, costumbre heredada del pasado etrusco. Ese surco, que se había trazado, no debía ser traspasado debido a  su carácter sagrado. El sacrilegio del surco fundacional de la ciudad de Roma fue la causa de la muerte de Remo, a manos de su hermano Rómulo. Debido a que la gente debía poder entrar y salir del perímetro trazado, era necesario dejar unos segmentos del perímetro sin trazar, para lo cual se «portaba» el arado unos metros para determinar el acceso a la ciudad. Posteriormente, al erguirse los muros perimetrales de las ciudades, el segmento en el cual se había alzado el arado adquiría las características de lo que hoy llamamos puerta.

      Ahora os dejo la llave con la que vamos a poder ir abriendo todas las puertas. Se trata de la decoración de una de las puertas del recinto de la Alhambra de Granada. Un magnífico lugar donde empezar el viaje …