Sabiduría

El viaje que comenzaremos al abrir nuestra puerta nos va a conducir a la frontera entre Oriente y Occidente, a una de las ciudades más populares y populosas del mundo, Estambul. En concreto, se trata de una de las puertas interiores de Santa Sofía, antes catedral, luego mezquita y actualmente museo.
santasofiaNapoleón Bonaparte enunció la máxima de que Estambul era uno de los viajes que todo viajero debía realizar a lo largo de su vida; es un imprescindible. Sin duda, resulta una experiencia enriquecedora para el espíritu y los sentidos. Fue capital de tres de los imperios más poderosos de la Historia; primero fue capital del Imperio Bizantino, Constantinopla fue la capital del Imperio Romano, y por último Estambul, capital del Imperio Otomano.Entre sus muchas leyendas se cuenta que Byzas y el pueblo de Megara abandonaron la ciudad y viajaron hasta Delfos para preguntar al oráculo, el cual les dijo que su lugar estaría frente a los ciegos. Cuando Byzas llegó a lo que hoy se conoce por Estambul, pensó que el pueblo que se encontraba justo enfrente, en la parte asiática, debía estar ciego al no haber poblado ese lugar, ya que ofrecía unas inmejorables condiciones naturales, más tarde se constituyó Bizanzio en honor a su nombre. Efectivamente, la ciudad está situada en un lugar privilegiado, el Cuerno de Oro separa la ciudad en dos, mientras que el Bósforo, separa Europa de Asia.
Santa Sofia EstambulSanta Sofía es la antigua basílica ortodoxa cuya nombre «sophia» es, en realidad, la transcripción fonética al latín de la palabra griega «sabiduría» —el nombre completo en griego es Ναός τῆς Ἁγίας τοῦ Θεοῦ Σοφίας: «Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios». El templo estaba dedicado a la Divina Sabidurí a; una imagen tomada del Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento y que hace referencia a la personificación de la sabiduría de Dios o segunda persona de la Santísima Trinidad. Su gran cúpula es uno de sus símbolos más reconocibles, sin embargo, su gran valor reside en el hecho de que cambió la historia de la arquitectura, puesto que su construcción marcó un hito que ha llevado a ser imitada tanto en su vertiente de iglesia cristiana, como posteriormente como mezquita.
La iglesia fue mandada edificar por el emperador Justiniano y se construyó en un tiempo récord, entre el año 532 y el 537.La celeridad con que se llevó a cabo su construcción se debió tanto a la disponibilidad de recursos económicos suficientes, como al sistema constructivo utilizado (ladrillo, entre los materiales) y al empeño personal del emperador en esta obra. Al parecer, el propio emperador dormía allí para vigilar la marcha de las obras, y según una leyenda popular un ángel asesoraba al emperador en cuestiones técnicas de construcción. Según la tradición, Justiniano dijo al ver terminada la obra: «Salomón, te he vencido», haciendo referencia a la construcción del Templo de Jerusalén por este rey hebreo. Estas puertas han contemplado saqueos, incendios, terremotos y un sinfín de visicitudes a lo largo de su historia y ello no impide admirar su belleza, su reposado clasicismo y su capacidad para transmitirnos en la piel toco aquello que las piedras no pueden contarnos.
Vamos a cerrar la puerta, vamos a alejarnos del bullicio de las calles de la ciudad y vamos a disfrutar del silencio … Viajar nos conduce a un encuentro con nosotros mismos … Estambul es melancolía y éxtasis … Santa Sofía no se puede describir con palabras … ¿Un té? …
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